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Foto do escritorLeticia Lima

Distracción vs. Reinterpretación: ¿Cómo nos enfrentamos a nuestras emociones?


¿Alguna vez te has sentido abrumado por una emoción y has intentado distraerte viendo una serie o cambiando de tema en una conversación? O quizás, ¿has intentado ver la situación desde una perspectiva diferente? Estas son dos formas comunes de manejar nuestras emociones: la distracción y la reinterpretación. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué es más efectivo o en qué circunstancias uno funciona mejor que el otro? Bueno, parece que la ciencia tiene algo que decir al respecto.


La ciencia detrás de la distracción y la reinterpretación


Vamos a empezar por definir los términos. La distracción implica desviar nuestra atención de la fuente del malestar, mientras que la reinterpretación (también conocida como reevaluación) implica cambiar cómo vemos una situación para modificar nuestra respuesta emocional.


Imagínate viendo un video que te provoca tristeza o enojo. Algunas personas intentarán distraerse evitando mirar las caras de quienes muestran enojo en el video, mientras que otras intentarán pensar en el video desde otra perspectiva para no sentirse mal. ¿Te suena familiar?


Recientes investigaciones nos han mostrado que las personas que se distraen tienden a evitar mirar las caras enojadas en los videos, especialmente si están un poco ansiosas. Sin embargo, si están muy ansiosas, no parece haber diferencia en cómo miran los videos en comparación con las que intentan reinterpretar.


¿Por qué nos distraemos o reinterpretamos?


Diferentes estudios han intentado responder a esta pregunta. Resulta que cuando nos enfrentamos a emociones fuertes, a menudo preferimos distraernos. Esto tiene sentido, ¿verdad? Si algo nos duele mucho, a veces es más fácil simplemente no pensar en ello. Sin embargo, cuando la emoción no es tan intensa, podríamos intentar reinterpretar la situación.

Otro factor importante en cómo decidimos manejar nuestras emociones es la oportunidad de reevaluación.


Básicamente, si sentimos que una situación tiene el potencial de ser vista de otra manera, es más probable que intentemos reinterpretarla.

¿Qué pasa con las diferentes emociones?


Cada emoción que sentimos puede influir en la forma en que decidimos enfrentarla. Por ejemplo, si una situación nos provoca ira, podríamos preferir distraernos; pero si nos provoca tristeza, podríamos intentar reinterpretarla. La ciencia aún está investigando cómo diferentes emociones afectan nuestras decisiones de manejarlas.


Conciencia y emociones


Es importante entender que hay dos tipos de conciencia: primaria y de orden superior. La conciencia primaria es simplemente ser consciente de nuestro entorno. Es como cuando te das cuenta de que ha empezado a llover. La conciencia de orden superior, por otro lado, es más profunda y reflexiva. Implica ser consciente de nuestros propios pensamientos y emociones. Es como cuando te das cuenta de que te sientes triste porque ha empezado a llover.


Estos niveles de conciencia también pueden ser importantes en cómo manejamos nuestras emociones. Si somos más conscientes de por qué nos sentimos de cierta manera, podríamos estar mejor equipadas para decidir si distraernos o reinterpretar es la mejor opción.


Ahora, veamos un ejemplo práctico:

Imagina que tienes un día lleno de ansiedad. Te encuentras en tu sala de estar, en un debate interno sobre si quedarte viendo una película que sabes te distraerá por un tiempo, o decidir salir a hacer ejercicio. Ambas opciones tienen sus pros y contras. Quedarse en casa podría ofrecerte un alivio temporal, pero no necesariamente abordará la raíz de tu ansiedad. Salir, por otro lado, implica enfrentar factores que podrían aumentar tu ansiedad momentáneamente: ver a gente, estar en un ambiente menos familiar.


La decisión entre enfrentar factores externos que podrían aumentar momentáneamente tu ansiedad y quedarte en casa es complicada. Basándonos en lo que hemos discutido anteriormente, vamos a pensar cómo sopesar nuestras decisiones:


▫️ Reconoce tu ansiedad.

  • Aprovecha la conciencia de orden superior. Pregúntate a ti mismo: "¿Por qué me siento ansioso (a)?" Reconocer el origen de tu ansiedad te ayudará a entenderla mejor.


▫️ Evalúa la intensidad de tu emoción.

  • Si tu ansiedad es muy intensa en este momento, es posible que distraerte temporalmente con una película pueda ayudar a reducir esa intensidad inicial. Sin embargo, si tu ansiedad es moderada, es posible que enfrentarla directamente sea más efectivo.


▫️ Considera la oportunidad de reevaluación.

  • Piensa en el ejercicio como una forma de reevaluar tu situación. En lugar de verlo como una fuente de ansiedad adicional, ¿podrías verlo como una oportunidad para liberar energía y sentirte mejor a largo plazo?


▫️ Distracción vs. Reinterpretación.

  • Mirar una película es una forma de distracción, que podría ofrecerte un alivio temporal. Por otro lado, hacer ejercicio es una forma de reinterpretación: enfrentas la ansiedad y la usas como motivación para moverte y liberar endorfinas (que son químicos naturales que mejoran el ánimo).


▫️ Piensa en los beneficios a largo plazo.

  • Si bien es cierto que ir al gimnasio podría incrementar temporalmente tu ansiedad debido a factores como la gente y un entorno desconocido, también es cierto que el ejercicio físico tiene beneficios probados en la reducción de la ansiedad y el mejoramiento del estado de ánimo a largo plazo. La liberación de endorfinas, la sensación de logro y el hecho de salir de tu zona de confort podrían ayudarte a enfrentar y reducir tu ansiedad con el tiempo.


▫️ Haz una elección consciente.

  • Después de sopesar los pros y los contras, haz una elección. Si decides quedarte en casa, está bien. Si decides ir al gimnasio, también está bien. Lo importante es que te sientas cómodo (a) con tu elección.


Recuerda que estas son solo herramientas y guías para ayudar a pensar en la situación. Manejar nuestras emociones es un proceso complejo que depende de muchos factores, incluida la intensidad de la emoción, las oportunidades de reevaluación y nuestro nivel de conciencia.


Algunas veces, distraernos podría ser la mejor opción, mientras que otras veces, reinterpretar podría ser más beneficioso. Lo importante es recordar que todas estas estrategias están a nuestra disposición y que podemos aprender a usarlas de manera efectiva para mejorar nuestro bienestar emocional.

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