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Ave-mujer

Actualizado: 7 feb



PlaygroundIA
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Eran más o menos las once y treinta y dos cuando ella se fue, segura de que nunca más regresaría. Todas las cápsulas del frasco cabían en su estómago como el tallo de la flor en los pétalos. Sorprendida, Lica despertó en el cuerpo de un cerdo. Toda la familia insistía en que ella seguía siendo humana. La trataban así, pero no servía de nada. Del plato en la mesa, metía el hocico. A los amigos, los olfateaba. Ella lo sabía, había renacido. Reencarnada en un animal superior. La piel suave y rosada como el lápiz que coloreaba los dibujos de la infancia. Un día vio a la madre cuchicheando. La hermana salivando. Tuvo miedo. Huyó de casa a cuatro patas, no quería convertirse en un banquete. Corrió por las calles. Era de noche, nadie la veía. Tuvo hambre, rebuscó en la basura. Fue obediente a sus instintos, fiel a los lodazales. Ya muy vieja, oyó a la muerte que venía como el ruido de un coche desbocado. Reencarnó en un ave hermosa. Aún pequeña, Lica picoteaba lombrices con el pico. Hizo un nido en un lugar alto, posadero en la viga de un edificio. Las alas se desprendieron, crecieron magníficas. Desde arriba, alzó el vuelo mientras desde la acera gritaban y agitaban los brazos. Los pájaros no entienden el lenguaje humano. Lica voló cerrando el ciclo. No reencarnaría más.



Ave Mujer - Leticia Lima




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